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La indefensión no es más que verse solo frente al mundo entero, saber que todo es posible y creer que nada tienes; es estar, sólo estar.
¿Realmente no tienes nada? Probablemente hay alguien ahí, alguien que te acompañará toda la vida... ¡No!, no es Dios, tampoco es una fuerza divina, sólo es la persona que está frente a la imagen del espejo donde te miras, eres tú, y aún así no sólo eres tú... son tú y tu imagen en el espejo; Esa que refleja lo que fuiste y lo que eres... y que no refleja lo que serás.
El espejo debe ser roto, debes romperlo, recoger los pedacitos y guardarlos como el recuerdo de lo que te marcó.
Necesitarás un nuevo espejo para mirar el pasado con otros ojos, actuar en tu nuevo presente y contemplar tu posible futuro; Ahora es cuando comprendes el verdadero valor de la soledad.

No fue la vez, y ahora me encuentro sumergida en una nueva mirada.
No se de dónde saliste, y muy extrañamente llegaste a mi vida, no sólo a mi vida... si no a mi mente y a mi corazón.
La razón... la razón... la razón, esa palabra se me hace familiar, sin embargo, no puedo recordarla. Sólo puedo sentir... Sentirte... Sentirme!
Puedo hallarme en tí, puedo mostrarte lo frágil que soy... el miedo se ha ido, porque en tí puedo descansar.
De ahora en adelante mi corazón llora... llora porque aquí estás... estás a mi lado...
Llora porque la tristeza se fue...
Llora porque ahora sí se lo que es amar... y rio..
Rio porque llora...
Rio porque tú me haces feliz...
Rio porque eres tú quién sutilmente dominas mis malestares.
¿El amor? Es diferente a lo qué sentí antes, es diferente a lo qué creí; y esto sí es amor, porque lo que siento por tí, jamás lo había sentido de la forma en q siento hoy.
Esta historia aún no tiene fin, termina en puntos suspensivos, de los cuales, conozco el punto final.
Te amo.

Esta es la vez

Esta es la vez...
La vez que te conocí para enamorarme de tí.
La vez que mi ser se apoderó de mí y sentí el amor.
La vez que creí y ciegamente seguí una ilusión.
La vez que lloré porque la rabia no se apoderó de mí sino de tí y en mi sólo había dolor.
La vez que pedí perdón sin razones.
La vez que a un compromiso amé sin huir.
Pero sobretodo... ésta es la vez que mi corazón te dice infinitamente adios.
Adios mi dulce amor.

Sentada, pensando que escribir sólo tuve un pensamiento de carencia…
Sobran las ganas ¿para qué? Si esta ausente lo deseado…
Sobra el amor ¿para qué? Si no está el ser amado…
Sobran los sueños ¿para qué? Si no hay esperanzas…
Sobra el sentimiento ¿para qué? si está la razón…
Sobra una sonrisa ¿para qué? si no hay otra persona que disfrute de tu gesto…
Sobra un hasta luego ¿para qué? si hay un adios…
Sobra la vida ¿para qué? si no hay con quien vivirla…
Sobra la presencia ¿para qué? si hay mucha distancia que recorrer…
Sobra una mirada ¿para qué? si no hay ojos que la puedan ver…
Sobra una canción ¿para qué? si la escucha un sordo…
Sobran estas letras ¿para qué? si es un ciego quien las lee…

Vuelve la catarsis cuando la angustia está a punto de la consumación máxima, donde los sentidos te empujan al querer y no querer, cuando la confusión es tu espejo y crees estar envuelto en una mentira, cuando miras tus manos y las ves destruidas, cuando tocas tu rosto humedecido y crees que tus lágrimas se han convertido en sangre.

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